El cultivo de la sal ha sido siempre fundamental en la isla de Lanzarote como conservante de alimentos. Primeramente surgió como un complemento económico a otras actividades como la agricultura y la pesca. Poco a poco se hizo hueco en la economía de la isla hasta convertirse en un referente gracias a su exportación.

Se calcula que llegaron a coexistir hasta 26 salinas en todo Lanzarote siendo los maestros salineros de aquí los constructores del resto de salinas de Canarias.

Las Salinas del Río en Famara están catalogadas como las más antíguas. Datadas del siglo XV y abandonadas desde hace tiempo, se encuentran actualmente en un proceso de reapertura.

A día de hoy, las únicas salinas que siguen en funcionamiento son Las Salinas del Janubio, localizadas junto al pequeño pueblo de El Golfo. Ofrecen actualmente sal para una gastronomía gourmet de todo el mundo gracias a la pureza de estos cristales.

Otras en estado de abandono se pueden visitar igualmente y ver como siguen generando sal de forma natural aunque nadie las trabaje ya.

Si tienes interés en visitar este fragmento de la historia de Las Islas Canarias, no dudes en preguntarnos en recepción.